La universidad, proveniente del latín "universitas", ese palacio grande o pequeño donde se llegan a dar un conjunto de enseñanzas para la educación superior, la preparación de todo ser humano en la especialidad de su preferencia y donde sencillamente se entrenan a las personas para ejercer lo que será su trabajo que les pondrá el pan en la mesa.
Todos naturalmente estamos destinados a pasar por los analíticos momentos para la elección de lo que será no solo la carrera que queremos hacer nuestra vida, sino también la que será nuestra casa de estudio durante varios años antes de conseguir tan preciado título. Nunca es fácil, a todos nos cuesta, desde el más desordenado, irreverente y procrastinador, hasta el más pulcro, meticuloso y metódico; no importa como seas, es ley que pases por un debido esfuerzo para llegar a donde quieras llegar, a unos les cuesta menos, a otros más, pero siempre será una tarea que te pida.
Ahora bien, saliendo de ese punto para llegar a otro, no quiero ser tan general y a continuación de esa introducción, quiero hablarles de mi, de mi anécdota, una larga anécdota que me llevará varias partes y que es tiempo indicado de contarla ya que todo eso pasó (no hace mucho) y en este momento he logrado estabilizarme. Comencemos.
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Nunca hablé fluidamente del tema, tampoco es que me apeteciera hacerlo, pero mi vida universitaria empezó temprano, quizás al tiempo indicado para algunos, pero como yo no soy ese saco de "algunos", para mi fue estrepitosamente temprano.
Estudié Idiomas Modernos en el Instituto Universitario Américo Vespucio, con sede en Los Dos Caminos, Caracas. Mi llegada a este sitio fue bastante agradable, sin esfuerzo alguno pero si requirió su búsqueda, búsqueda que estuvo acompañada de prisas, las desgraciadas prisas provocadas por un entorno que siempre ha querido vivir más rápido que los demás.
Verán, salí con 16 años de mi secundaria, a meses de cumplir los 17, todos admiraban que salía a muy temprana edad, que si le echaba bolas (si me esforzaba), lograría estar graduado entre los 22 y 23 años con una carrera universitaria y tendría tiempo para hacer muchas cosas más. Sin darme cuenta esos comentarios se estaban metiendo fuertemente en mi vida y causarían estragos en mis decisiones por venir.
Al salir del bachillerato, mi entorno de "amigos" en aquel tiempo rápidamente tenía sus nuevos caminos trazados, esperando simplemente la fecha para empezar a caminarlos, mientras que yo no tenía nada. Había sido rechazado de la Universidad Simón Bolívar (sitio por el cual no sé porqué carajos presenté) y también la Universidad Central de Venezuela, esta última era mi opción más fuerte, la dependencia de quedar ahí era abismal y nunca supe el daño que me haría dicha dependencia.
Me quedo sin opciones, pero gracias a mi ignorancia y a prestarle atención a los zopencos de mi entorno, que con su ola de argumentos personalistas, hacían que descartara abruptamente un montón de opciones que en aquel tiempo me hubieran ahorrado comer tanta tierra, sentir frustración y estrés.
Llego al IUTAV después de una investigación que hice una noche, la recuerdo muy bien, viendo opciones como la UCAB, la UMA, la USM, siendo éstas descartadas como si fueran bares de mala muerte gracias a aquellos comentarios de la gente que siempre le buscaban cosas malas. El IUTAV era algo muy discreto, de esos sitios que cuando dices que estudias allí, te sueltan la típica pregunta "¿Dónde coño queda eso?". Esa discreción me cayó bien (al principio), conjunto a eso la carrera también me caía bien, nunca fue (ni será) lo que me apasionaba, lo que alguna vez asomó ser mi carta de presentación, lo que me gustara...
Simplemente me pareció bien, interesante y como mis amistades con sus carreras ya aseguradas ejercían la calamitosa presión de que no me quedara de vago, de que tenía que empezar de una vez la universidad, de que no había nada que esperar, etc... Terminé entrando ahí, oficialmente.
La pasé bien, conocí gente espléndida, grandes personas, de alguna manera me hice popular gracias a mi humor (lo cual era impresionante, ya que al entrar en esa universidad pasaba por otra etapa muy gris de mi vida, otro tema que luego contaré), fui haciendo un grupo que se hizo más grande poco a poco, sumándole el conocer gente por aquí, por allá, hasta el punto de que un par de veces me detuvieron en los pasillos para comentarme que mi blog era lo máximo. Fue lo mejor que sucedió allí.
Sin embargo la carrera no tuvo tanto éxito para mi, tuve un primer semestre bastante bueno, no reprobé ninguna de mis materias, todo lo pasé por encima de 14 puntos (a excepción del maldito inglés, que saqué 10).
"ayy zeeeck pero entonces que coño salio maaaal?? que aburrido yo quiero accion!!!"
Cállate y sigue leyendo, antes de que te meta los ojos por el culo.
Bien, llegué al segundo semestre, el cual sería el último para mi en esa carrera y en la institución, con apenas dos meses y medio aproximadamente, la carrera empezó a aplastar mis convicciones, estaba viendo cosas que no me agradaban, a un ritmo que no me agradaban, estaba sintiendo el amargo efecto de estar estudiando algo que, si bien nunca me disgustó ni me disgustará, sencillamente no estaba destinado para mi, no era lo mío. En conclusión, termino dejando la carrera en el segundo semestre sin haberlo terminado.
Fue una etapa realmente asquerosa en mi vida, me sentía incompleto, me sentí incompetente, además de un agrio sentimiento de culpa, puesto que hice perder a mis padres 4000 bs por el segundo semestre que simplemente no terminé, eso sin contar lo del primer semestre que a pesar de haberlo hecho, en este momento no es que valga mucho tampoco.
Recuerdo que tuve depresión esos días, no quería contarle a nadie, no quería que nadie viniera a meter su hocico maloliente en mis asuntos de nuevo, estudié esa mierda en gran parte por el sentimiento de no quedarme atrás, de estar a la par con mis "amigos", con mi entorno. No saben como me arrepiento de haberles prestado atención y haberme tomado mi tiempo como tenía que haberlo hecho.
Ahora, no quiero que me malentiendan en algo, Idiomas Modernos es una buena carrera, muy bonita además, nada como aprender el idioma de países que te gustan o que te parezcan comerciales, además de aprender la cultura, la vida y el desenvolvimiento en otros lugares. Es una gran carrera, pero para estudiarla, tienes que amarla, desearla, quererla, así como cualquier otra carrera.
El punto es que si, entre agosto y noviembre más o menos, del año 2012, me quedo sin esa carrera y con un largo tiempo libre, sin saber que hacer, sin saber que decir, pero nuevamente con la gente hablando, comentando y opinando sin que nadie se los pidiera. Fueron muchos los "que cagada chamo, que bolas chamo, si eres vago chamo" y la clásica frase sidosa prejuiciosa "bueno chamo, toda carrera es jodida, acostúmbrate, no debiste salirte."
Hay gente que hace daño, no saben que hicieron daño, pero seguirán repitiendo el daño, simple.
Fueron momentos bastante impredecibles, turbios en casa, ya que mis padres dejaron de hablarme durante semanas, nunca entendieron porque me salí y en este preciso momento, así como por los años que vendrán, seguirán sin entenderlo, a pesar de que lo expliqué.
Lo que nunca me imaginé, eran los tiempos que vendrían, buenos y malos, de pensar, de analizar, de meditar. El destino hizo sus jugadas de tal manera que tuviera esta vez un buen tiempo para pensar, para rectificar los errores y ahora concebir de verdad como tuve que hacerlo cuando salí de mi colegio, como no se me fue permitido gracias a unos purgados en la vida, pero a la vez porque yo permití que no me lo permitieran, es la realidad, créanme que aprendí bastante de esto.
"oyee zeeck y ahora que hiciste?? que paso?? cuenta!!"
Bueno, pasé el resto del año sin hacer absolutamente nada, decidí tomarme un verdadero descanso por los meses restantes, no sé si era correcto o incorrecto, pero realmente me valía diez hectáreas de verga. Salí con otras amistades, charlé con otros que también me apoyaron en esa etapa complicada, jugué videojuegos como si no hubiera mañana, bebí, comí y llevé esos días sin muchas preocupaciones, pasando un diciembre bastante agradable en familia, que a la final lo que más desearon al momento del brindar en año nuevo, fue el deseo de que consiguiera este año 2013 mi nuevo camino en la universidad.
Llegaría enero y después de pensar bien las cosas, era momento de empezar las acciones, los planes a seguir. El tiempo corría y era momento de seguirle el ritmo o por lo menos tratar.
En enero empezaría un entrenamiento especial que no tomé antes, para ir con todo de nuevo a un sitio en específico ya antes visitado. Todo eso y más en la segunda parte.
"peeero zeck no nos hagas esto!!! yo quiero saber que pasa! dinos vale! ahora vas a hacer novelas de misterio!!"
Si estás purgado, ve al baño y destácate en lo que mejor sabes hacer: CAGARLA.
"pero coño zeck si eres sensible vale! si eres mamita! con razon no aguantaste la mecha en el americo prepucio!"
Era "Vespucio", grandísimo cara de verga, anda a lamer prepucios, que pareces andar pendiente de uno, becerrón.
Continuará...
Dew.
Saludos Simón.
ResponderEliminarEstuvo entretenida tu entrada al blog. De verdad me alegro que hayas conseguido tu camino, cualquiera que sea y de todo corazón espero que ames lo que estás haciendo, ya que Venezuela necesita gente que ame su carrera, cualquiera que sea.
Lo único que me gustaría comentarte es que yo también pasé unos meses sabáticos, seis meses para ser exactos. Como me gustaría devolverme al pasado y recuperar ese tiempo perdido. Si bien el tiempo que gastas en algo que disfrutas no es perdido, ese precioso recurso es algo que no volverá y es tiempo que uno puede invertir en el oficio. Y no será agotador si lo invertimos en el oficio que amamos.
Todo lo bueno para ti.
Hahahahhahahahahaha y lo mejor que te pudo haber pasado fue conocernosss a nosotros LO SE! no me lo tienes que decir! xD... Esta fino tu blog!
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