viernes, 21 de febrero de 2014

En tu honor, Simón Díaz.


  Fue un día 12 de agosto del año 2012, aún tomando en cuenta la sección "Canción de la semana" (bastante olvidada, ya que no terminó de cuajar, debo admitir) que yo me propuse a compartir justamente esta canción:


 En mi humilde pensamiento, nunca me imaginé que llegaría un día como en el que hoy estamos, a pesar de la avanzada edad del magnate Simón Díaz.

  El pasado 19 de febrero, el histórico, el patrimonio humano y musical de mi país Venezuela y gran interprete, influyente musical latinoamericano... Lamentablemente cruzó el límite de la vida, su corazón expiró, así como también su existencia en esta vida. Se nos fue Simón Díaz.

 Jamás voy a olvidar la sensación de ese aún reciente día, miércoles 19 de febrero, despertando después de una noche complicada, un trasnocho causado por la tensión que vive mi país en estos precisos momentos. 

  Como toda mañana me propuse a revisar el Twitter por mi teléfono, la acostumbrada media hora de pensar tonterías mientras vas subiendo los tweets que dejaste de leer horas atrás, me encontraría con el anuncio de un extraño de mi TL con las siguientes palabras: "QEPD Tío Simón".

  Inmediatamente sabía de quien se trataba, así como de inmediato me supuse que era uno rumor más, ya que al señor Simón Díaz lo han matado en el Twitter una decena de veces, todas desmentidas en cuestión de minutos.

  Subí más los tweets y llegaba un asedio de varios twitteros, unos más destacados que otros, anunciando el deceso de este gran personaje. Empezaba a cruzar el frío cortante del acontecimiento sorpresivo por mi pecho, para posteriormente encender mi televisión para ver algo, eso era noticia nacional y en algún canal debía estar. Para terminar de hacerme entender que esto era real, agarré al canal Globovisión justo en el momento de dar la noticia, para posteriormente pasar un video sobre la vida de este legendario músico venezolano.

  Era cierto, Simón Díaz había fallecido. Mis lágrimas con toda la espontaneidad del caso, simplemente salieron a relucir para acompañar una mañana que empezaba de manera muy gris.

  He vivido días totalmente difíciles, mi país se cae a pedazos, a mi gente la están matando en la calle, la detienen como convictos peligrosos, mientras que un presidentucho de pacotilla habla de paz en tono brusco. Pero no arruinemos esta entrada con política, el asunto es que han sido días de tensión acumulada en mi interior, en mi mente, en mi corazón, estoy exhausto y una noticia así, me terminó de demoler aquella mañana.

  Salí de mi cuarto, mi madre vino a saludarme y al verme con los ojos llorosos simplemente me preguntó que ocurría, preocupada. Yo con el poco coraje en voz que me quedaba, le dije "Se me murió Simón Díaz..." para luego reposar en su hombro, en lágrimas, como un niño pequeño, como aquel infante que no entiende porque la gente muere.

  Solo fue en el año 2009 que lloré por el deceso de un músico y fue por Michael Jackson, al ver su funeral en vivo por televisión, otro día que jamás olvidaré.

  Sin embargo, lo que acontece en esta entrada es diferente.


  Tuve la valiosa dicha de conocer a Simón Díaz en su programa de televisión, en aquel tiempo transmitido por Venezolana de Televisión (VTV). Un programa interactivo con niños, cultural, amenizado con la animación del mismo Simón Díaz cantando sus canciones y contando sus historias de una vida que él disfrutó bastante.

  Por aquel tiempo, estaba cumpliendo tres años ese día y mis padres vieron como buena la idea de llevarme a ese programa, algo que hoy y siempre les agradeceré.

  Aquel momento fue enmarcado en una foto que aún poseo, pero que lamentablemente en este momento no poseo. Eso si, juro compartirla aquí y en mis redes apenas la tenga, se los prometo.

  Salgo yo, Simón; cargado en brazos de mi padre (quien tiene como segundo nombre Simón) y a mi izquierda sonriente y carismático el inmortal Simón Díaz. Llamada por amistades y familiares "la foto de los tres simones".

  A esa edad un recuerda pocas cosas, pero realmente tengo firmemente plasmados aquellos momentos en mis recuerdos. 

 Posterior a eso, viví mi existir acompañado con la música de Simón Díaz, a pesar de que la música llanera, la música venezolana, jamás fue mi género de preferencia, ni por aquellos días, ni hoy en día, igual le tengo estima, respeto. Pero la música de Simón Díaz era... Otra cosa.

 "Caballo viejo", "Mercedes", "La vaca mariposa", "Que vale más", son tan solo una minúscula parte de lo más reconocido que tiene este señor en su repertorio musical, canciones que quedarán en el pedestal de grandes piezas musicales en la historia de mi país Venezuela, así como también del mundo.


  Sabíamos que Simón Díaz no era eterno, menos aún con una edad avanzada, un deterioro de salud galopante. Es más, quizás estábamos un poco acostumbrados a no verlo ya, debido a la decisión de su familia y sobretodo de su hija, negando su presencia a la vista pública hasta en los grandes homenajes que se le hacían en Venevision. Decisión que jamás le aplaudiré a la familia, que se guardó a Simón Díaz para ellos y tuvimos casi diez años sin poder verlo de nuevo desde sus últimas apariciones.

  A pesar de esto, pensábamos que Simón Díaz siempre estaba ahí, que existía, que valía. Hoy también lo pensaremos, mañana también, pero con el detalle de que ya no está, sino que estuvo.

  Duele mucho además, que Tío Simón se va en medio de una crisis socio-política en Venezuela que remarca los titulares nacionales e internacionales, opacando su partida que simplemente recibió un velorio sencillo con familiares y figuras del medio artístico y un decreto de tres días de duelo nacional. Duele, porque este señor merecía un funeral por todo lo alto, un último adiós como los grandes, algo nacional, algo que se viera en todos lados, algo magnífico, no lo sé, quizás me equivoco, ya que él era muy humilde.

  El punto es que ha partido nuestro Tío Simón, un venezolano ejemplar, una persona que nos enseñó a amar este país como ningún otro, a pesar de lo bueno, a pesar de lo malo, quererlo igual, con garra, con fuerza y con humildad.

  Prometo recordarte, Tío Simón, hasta el final de mis días, en tu música, tus canciones, tus historias y ese carisma tuyo, esa personalidad tan cálida de ti que hizo que todo un país, que todos los sectores del país, que rojos y azules, te respetaran por igual, te quisieran por igual y que hoy, te lloran por igual.

 Lamento profundamente no despedirte como se debe, pero prometo querer este país siempre que pueda, luchar por mi Venezuela para que sea siempre el país que tu amaste y sobretodo, ser humilde, la base de todo éxito parte desde la humildad del ser humano. 

  En medio de lágrimas, pero con mucho aprecio, te digo de verdad, gracias, muchas gracias.












Tío Simón;
para quererte no hay horario,
ni fecha en el calendario.

Gracias totales por todo,
vuelta alto ahora, como la estrella que fuiste siempre.

Descansa en paz.


Dew.