viernes, 13 de noviembre de 2015

Viva la raza: Un tributo al Guerrero


  La historia está ahí, vigente, siempre disponible para contarla. Y si, se que mi blog no es para lanzar párrafos que la Wikipedia en tu idioma podría concederte. Pero estamos para dar pinceladas de historia, aderezados de recuerdo y todo en nombre de un hombre, un tributo al mismo, ya que el tiempo vuela, no perdona y llegamos a la década, diez años en los que un hombre cruzó su límite de vida para volverse recuerdo. Hace diez años que falleció Eddie Guerrero.

  Algunos lo saben, otros no tanto. Para los que tengan incógnitas, soy seguidor de la lucha libre ("wrestling" en inglés), empezando a verla cuando era tan solo un niño pequeño, por allá a inicios del nuevo milenio, el año 2000 era un buen momento para la industria, y el mencionado en el último párrafo estaba ahí, dando saltos, llaves y demás movimientos asombrosos, un luchador de orígenes mexicanos, nacido en El Paso, Texas, USA. Era un sujeto especial, y se ganó con creces mi preferencia en este gran espectáculo; lo es, es mi luchador preferido en toda la historia de esta categoría.

 Eddie nunca fue aquel reconocido luchador que lo veías más allá del ring, que salía en películas, programas de televisión, etc... No era el Hulk Hogan, ni tampoco el The Rock, esos sujetos que, aunque podrás no saber definir lo que es un suplex, el que desconozca de lucha libre, los conoce por ser figuras públicas del entretenimiento en general. Sin embargo, Guerrero tenía una personalidad peculiar, quizá viene de esas raíces latinas tan fraternas, porque así te hacía sentir Eddie cuando lo veías sobre un cuadrilátero, él sentía que el público era su amigo, y el público lo veía de la misma forma a él. De allí tanto chiste, tanta jovialidad, tantos momentos graciosos, tanto cántico de "I lie, I Cheat, I Steal".

  Al igual que los Zidane, que los Michael Jordan o que los Ayrton Senna, cada quien haciendo impresionantes actos de presencia en sus disciplinas, así lo hacía Eddie Guerrero en la suya. Pero destacando además algo en común con todos esos nombres mágicos, eran personas que haciendo lo que hacían, eran los mejores, y les salía por espiritualidad, por talento, por don, por lo que quieras, pero solo salía, el frasco de talento se les desbordaba con un arduo trabajo tras cámara, sí, pero que al momento del show, contabas, uno, dos, tres, listo, puesta en escena excepcional. Eso tenía Eddie.

  "Siempre tuve aptitud para el wrestling. No puedo explicarlo – es como un don. Hasta hoy en día, no siempre sé cómo o por qué hago ciertas cosas. La gente me pregunta: “¿Cómo hiciste ese movimiento?” “No lo sé”, respondo. “Simplemente lo hice.” Vince McMahon se me ha acercado varias veces luego de los combates para preguntarme qué estaba pensando al hacer tal o cual movimiento. Luego de ver la expresión en mi rostro, dice: “No lo sabes, ¿verdad?” “No”, respondo. Él solo mueve la cabeza y sonríe. Pienso que entiende que es simplemente un instinto, una corazonada. Es como un don divino de saber qué hacer para que un combate funcione en un momento específico, lo que hace avanzar la historia y enciende al público. El wrestling simplemente es algo natural para mí. No es algo que en algún momento pensé: “Esto es lo que voy a hacer”. Es lo que hice y ya. Era mi vida."


  El palmarés de Eddie en la industria de la lucha libre es digno de cualquier nombre dorado en un salón de la fama. Campeonatos medianos, campeonatos en parejas, campeonatos máximos y un muy merecido puesto en el salón de la fama otorgado al año de su partida, un último premio para alguien que había vivido siendo premiado, gracias a su labor, a su gran profesionalismo y sobretodo, a ser él mismo.

  Sin embargo, la vida de Eddie Guerrero tuvo sus puntos grises. Adicciones, amante de las fiestas, celebraciones constantes, acompañados de distintos medicamentos para dolores musculares; cóctel peligroso que de manera muy sigilosa le iría oxidando su reloj de vida. 

 Estas acciones le hicieron pasar momentos difíciles en su vida, donde quizá en el cuadrilátero no vimos de lleno esos problemas, pero su vida personal, su salud, su familia, su empleo formal, todo eso se veía en una cuerda floja si no daba un alto a todo eso que era dañino.


  Lo hizo, gracias a esa luz propia que él tenía ante los problemas, fue la que usó para salir de las sombras, eran tiempos de estabilidad, que se convertirían en épocas de subir escalones, logrando cosas. Grandes historias, conseguir el WWE Championship en una de las mejores luchas que ha tenido el cinturón, un personaje que era impresionante haciendo del bueno o haciendo del malo, un luchador que tenía el nombre asegurados en los próximos eventos importantes de la empresa, que poseía la fecha pensada para encontrarse con más galardones, la cúspide de la carrera de un luchador la vivía Eddie Guerrero.

 Lamentablemente, la gaveta donde estaban todos esos archivos, fue cerrada de golpe, una llave puesta y lanzada a un océano de impacto, de penas y lágrimas. El popular 'Latino Heat' se le acabaría el tiempo de su deteriorado error, que no importa cuanto fue el óxido limpiado, el honor recuperado; los daños estaban hechos, Eddie Guerrero había partido aquel día 13 de noviembre del año 2005, en su habitación del hotel donde se hospedaba.

 Llanto, un llanto como si se te había ido un amigo cercano, tantos años de sentimiento fraternal con su público estaban llenos de frutos, sus seguidores, los amantes de la lucha libre, sus compañeros, todos, todos sentimos profunda tristeza al ver que uno de esos héroes de cuadrilátero se iba tan pronto, con un futuro por delante, tantas historias que quedaron en deudas, tantos campeonatos huérfanos y sobretodo, el simple hecho de tener que acostumbrarnos a verlo por videos de archivo de una manera muy prematura.

"Dios no lo permita, si algo llegase a pasarme para que ya no pueda trabajar más, puedo decir honestamente que estoy satisfecho con el esfuerzo que he puesto en estos últimos años. He entregado todo, mi corazón entero. Puedo irme sabiendo que he dado lo mejor que tenía para dar."

 Eddie Guerrero dio muchas lecciones de vida, de superación, de inspiración, pero sobretodo de amar lo que tu haces, a lo que te dedicas, no importa que a los demás le disguste, si es lo tuyo, tuyo será, por eso deberás trabajarlo con fervor.

  Hoy se cumplen diez años de aquel día tan gris y es increíble la falta que hace este señor en su disciplina, en la vida de sus hijas, de su mujer, de su familia y sobretodo, en la vida de los que lo aplaudimos. Quedan los recuerdos, todos esos momentos épicos que nos hizo celebrar.


 La lucha libre le hace falta hoy en día gente como un Eddie Guerrero, pero lamentablemente, un Eddie Guerrero no nace dos veces, era único e irrepetible, y para nosotros, sus fanáticos, siempre será eterno.

  Por esto y mucho más, gracias totales por todo el buen wrestling que nos diste, Eddie. Te extrañamos mucho y siempre te recordaremos. Sigue dando buenos 'Frog Splash' en las nubes.

 ¡VIVA LA RAZA!

Dew.

Créditos: 
Citas sacadas del libro "Cheating Death, Stealing Life: The Story of Eddie Guerrero"
Citas traducidas por Alessandro Leonardo, colaborador de la web SoloWrestling