lunes, 23 de febrero de 2015

Renacimiento


  Lo sé, ya parece una tontería, se asemeja a un chiste. Retomar algo seis veces, un regreso tras un abandono que antecedió a un regreso que buscaba tapar otro abandono. Le he hecho daño a mis lectores, pero aún más, le he hecho daño a mi espacio, a mi casa, a mi blog. El abandono es un delito moral.

  Ahora bien, siempre guardo una frase, que suelo usar para otras cosas, pero puede acoplarse a esta situación: Nunca muere lo que nunca es olvidado.

  Mi blog puede estar lleno de telarañas, conjuntos de polvo y pelos, arrojar ese aroma a biblioteca del siglo pasado. Pero en mi pensamiento, en mis recuerdos, ha estado tan presente como desde la última vez que escribí en él, o quizá más allá, desde la vez que creé este espacio.

 ¿Saben? A mi me encanta mi blog, y de verdad, aunque ya sea absurdo para ustedes creerlo luego de seis abandonos, y además sin yo poder prometer que no volverá a pasar; se los juro, yo amo esto, actualmente, más que nunca.

Una nueva temporada


 El blog va a cumplir cinco años el próximo mes de abril. Es increíble, cuando empecé era un niñato de pacotilla, un mocoso, un simple carajito que solo quería divertirse intentando ser escritor, pero sin saber que en el fondo y tras los años que acontecerían, sería un apasionado a las letras.

 Hoy todo va muy diferente a cinco años atrás. Mientras les escribo esto, todo, absolutamente todo hace un giro entorno a mi carrera, a mi profesión, a mi estatus como comunicador social. Y eso, joder, eso me encanta.

 He estado leyendo mucho, he hecho notas, he estado nutriéndome de conocimientos muy esenciales en mi carrera que han pulido enormemente mi manera de escribir. Apenas estoy culminando mi tercer semestre, muy cercano al cuarto semestre y siento que he aprendido diez veces más de lo que aprendí en mi secundaria, oh, si, aquella secundaria que fue partícipe de varias entradas de mi blog y de la cual hoy menos que nunca, puedo sentir alguna melancolía fría de tan siquiera pensar querer volver a aquellos tiempos. No.

  Ahora bien, es el momento clave para retomar un espacio que siempre fue mío y que eso si puedo jurar, siempre será mío. Estoy creando varios proyectos, también estoy tocando puertas para asistir a otros ajenos que me servirán. Cosas que hacer aquí, otras que hacer allá, pero me resultaba sumamente inaceptable que esto se quedara así. ¿Debería abandonar el pequeño kinder que me acostumbró a andar por la universidad? Eso sería absolutamente inadmisible.


  Les miento si digo que no me lo he pensado. ¿Por qué tendría que pensarme algo tan simple como el escribir de nuevo en un viejo blog?

  Una sencilla razón: Ojo público.

  Ser comunicador social, es prácticamente seguro que te hará una figura pública, independientemente del calibre de cuántos, de quienes, de cuándo; te van a ver. 

  Aspiro una carrera en medios de comunicación y siempre suele pasar que tu pasado puede ser un currículum, conjunto también a lo que haces fuera de tus labores, lo que haces en él y para el ocio.

 De todas formas, eso no me amilana y vuelvo con todas las de la ley. Eso sí, dejo claro algo, habrá cambios.

 Tomaré controles en lo que digo, porque las palabras no se pueden recoger, ni siquiera en Internet, porque nunca sabrás quien o quienes las guardan. Haré humor, seguiré haciendo humor, sarcástico, elocuente y algunas veces con improperios. Pero la vulgaridad excesiva debe contrastar bastante de lo que soy, de lo que quiero ser, y no exaltarse sobre lo que de verdad quiero hacer, que es escribir bien.

"entonces no te leeré más Zeck, pareces un abuelo, aburrido".

 Pues salga por esa puerta y me la cierra al salir, cráneo de alcornoque.


  Modestia aparte, en mis 20 años, estoy en el mejor momento de mi redacción. Soy un cachorro aún, no soy King, Sabato u Orwell. Pero sé que tan lejos estoy de las incapacidades del pasado, los kilómetros recorridos en experiencia a través de un año, dos años, cinco años transcurridos, son incontables y de verdad creo en eso.

  Agradecimiento primordial a mi carrera, a varios profesores y por supuesto, a todos los libros que me he engullido en los últimos meses. Sencillas gracias.

  Caballeros, damas, cuadrúpedos; me encuentro inspirado. Estoy contento de estar de nuevo con ustedes y ya tengo material próximo a salir del horno de los alfabetos. A su vez, he actualizado el aspecto del blog, ahora predominan los azules, los índigo, los morados, los negro y algunos toques de rojo. Hay nuevo banner, hay ciertas chucherías a la derecha e inclusive está la foto de un sujeto bastante guapetón. Siéntanse como en su casa.

  Tenemos mucho de que hablar, hay que hablar sobre actualizad venezolana, sobre mis vivencias, anécdotas y demás acontecimientos que quedan pendientes. Y por supuesto, tenemos que culminar la última parte de "Rumbo a la universidad", que se mantienen disponibles la primera y segunda parte, para que refresquen, cuidado con el polvo.
  
  Eso y mucho más lo verán aquí, por Un vodka y un café con el Zeckdonde siempre será mi espacio y a la vez su espacio.

  Nunca me fui. Siempre estuve, lejano, pero estuve. Espérenme.

   Salud, damas y caballeros, salud. 



Dew.