sábado, 26 de abril de 2014

Bitácora del capitán Zeck: Enfermedad groseramente inoportuna.


  Con los años, me he vuelto una persona muy sana en términos generales. Sin contar los tiempos entre dos y tres años, cuando llegué a mi mayor nivel de sobrepeso y era protagonista de constantes cansancios y mareos debido a los altos niveles de colesterol; fuera de eso he sido una persona saludable, donde si me enfermo tres veces en todo el año ya con toda certeza puedo decir que fue muy mala suerte y que fue un mal año en cuanto a la salud.

  Sin embargo, éste servidor, el capitán Zeck, sigue siendo un ser humano, abierto contra mi voluntad de llegar a recibir los males que mi cuerpo está bajo toda capacidad biológica de tener el riesgo de caer en cama debido a una enfermedad. 

  La ocasión que aquí nos trae es que lamentablemente mientras escribo estas líneas, estoy en un momento de enfermedad, un muy mal momento para estar así. 

  Claro, nadie dice que hay un buen momento para enfermarse. Sin embargo, hay que estar claro que hay malos momentos para enfermarse, muy malos momentos para enfermarse y sobretodo unos muy jodidamente pésimos, malos y colosalmente inoportunos momentos para enfermarse. Mi caso de los arriba expuestos, es la tercera opción...

  

  Empecé clases justamente esta semana, con mucho empeño, ya que da inicio mi segundo semestre, son nuevos momentos, nuevos profesores, nuevos compañeros, nuevas experiencias por vivir. ¿Cómo no estar animado?

  Después de dos meses aproximadamente de vacaciones, pues llegó el momento de comenzar. Eso, conjunto a ir al gimnasio ahora por las tardes (en vacaciones fui por las mañanas) sería mi rutina a seguir. 

  El lunes me levanté temprano, algo que fue muy jodido después de unas vacaciones acostándome siempre a eso de las dos, tres o hasta cuatro de la mañana. Pero me levanté, fui a mis clases, fue un buen día, aunque salí tarde y llegué agotado a casa, no fui al gimnasio y bueno, descansé el resto de la tarde, realmente me pegó fuerte ese primer día.

  Hice una siesta por la tarde, porque simplemente quería dormir, carajo. Está haciendo mucho calor ahorita en Venezuela, los que me leen y compartes el mismo país que yo, sabrán de lo que digo, son temperaturas que se tornan hasta ofensivas, así que bueno, dormí mi siesta con el ventilador encendido. Me levanté tarde, con un poco de picazón por la nariz, pero nada grave.

  El día martes, hice lo mismo, ir a clases bien temprano, solo que esta vez ya por la tarde fui al gimnasio. Tenía como casi quince días de retraso en mi pago porque el gimnasio cerró en parte de Semana Santa, así que pagué perdiendo una buena cantidad de días, pero con la mente de ir el resto de la semana, así como también las próximas y hacer valer ese dinero que pagué, que por cierto, aumentaron el precio.

  Recuerdo que llegué sumamente agotado, por lo que comí, estuve un rato haciendo unas cosas y me fui a dormir, otra noche más donde el sonido de mi ventilador fue mi acompañante, era necesario, el calor se mantenía inclemente. Maldita sea.

  Amanecí la mañana del miércoles con flujo...

 "Aaay Zeck tuviste un sueño humedo jejejejeje".

  No, grandísimo descendiente de coito interrumpido, déjame terminar. Amanecí con con flujo nasal, o vulgarmente hablando, con la nariz chorreando mocos como un grifo abierto.

  Imaginé, a pesar de no captar la lógica, que era por el ventilador encendido toda la noche, sumando a que no usé cobija alguna y multiplicando la cuestión por el hecho de que dormí sin camisa y solamente en shorts. Pero vamos, que hacía calor, coño de la madre.

  Además de andar mocoso, empezó a surgir con el pasar de las horas una molestia en la garganta al tragar, el famoso dolor de garganta que te visita en los resfriados, una mala señal, una mala sensación. A pesar de caerme a Halls de menta, la cuestión persistía.

  Con el pasar del día me di cuenta que realmente, tenía gripe.

  

  A pesar de que me puse a tomar ciertas cosas, en ningún momento de ese miércoles me había tomado la real actitud de cuidado necesario para evitar que el mal avanzara en mi organismo. Simplemente me parecía descomunalmente ridícula la idea de que con este calor de mierda donde sudaba hasta lugares de mi cuerpo que ni sabía que tenía, me iba a dar gripe sólo por usar el ventilador. Que estupidez.

  Sin embargo, al día siguiente amanecí sin dolor de garganta... Pero amanecí peor, por lo que no fui a clases. Dormí muy mal porque esa noche no encendí el ventilador para evitar que el mal se propagara, pero ya el mal estaba hecho, instalado y tomándose un ron añejo dentro de mi, una gripe con la fuerza de diez gorilas en búsqueda de un coito para aumentar su virilidad, terminó por tumbarme minuto a minuto, hasta que ya sencillamente estaba derribado, en una cama, con un malestar general de puta madre.

  Dolor en las extremidades, mucha fiebre, congestión nasal grave donde tenía que respirar por la boca, sensación de debilidad, de no poder hacer nada, dolor de cabeza. Posteriormente viví vómitos, no tenía apetito, estaba mal, muy mal.

  Un golpe de suerte tocó a mi puerta y el día en que escribo estas letras, día viernes, no tenía clases y podía quedarme sin remordimientos en casa. Sin embargo, mis mortificaciones seguían abundando.

  Llegamos a la parte de que es un momento groseramente inoportuno, analicemos brevemente la razón de esta afirmación.

  Primero que pagué el puto gimnasio esta semana, semana que ha sido totalmente perdida, fui una sola vez al mismo para no volver a ir en el resto de la semana debido a la decaída. Bastante negativo para mi porque iba a empezar a entrenar más duro y enfocarme más. Tiempo perdido, motivación perdida, dinero perdido. Gracias gripe.

"aaay zeck si eres debil yo si soy hombresito y me voy al gimnasio sin importar que".

  De acuerdo campeón, te daré un par de patadas en los cojones y luego me haces unas pesas, mientras te lanzo limonada en los ojos con una pistola de agua. Cabrón.

  Bien, contemos también el jueves que no fui a clases. Ahora contemos en que mientras escribo estas lineas sigo enfermo, con una fiebre equivalente a que puedes poner a freír carne para hamburguesas y quizás calentar tu almuerzo de mañana.

  Debido a que me mantengo enfermo, tenía planes para mi sábado en distintos horarios del día, todos cancelados por la gripe hija de puta.

  La cereza en la mierda, es el hecho de que ha sido tan feroz el ataque de este virus que tengo, que no sé si estaré bien el domingo, hasta pongo en duda que llegue el lunes y sentirme bien porque es que vamos, no exagero, tenía años que no me daba una virosis tan fuerte.


  ¿Por qué? ¿Por qué la mala leche conmigo?

  Es decir, carajo. Estuve dos meses de vacaciones, en los cuales la gran mayoría los pasé en casa, rascándome las pelotas y haciendo nada. Ahora cuando me toca ir a hacer vida cotidiana y mis deberes, viene esta gripe hija de mil putas a descomponerme a mi, descomponer mi semana, descomponer todo.

  Y lo más ridículo, no me dio gripe en diciembre que hacía un frío bastante pronunciado, pero en esta época de calor que cada día es más fuerte me enfermo.

  ¿Quieren ver cómo puedo estar más jodido? Mi cuarto está plagado de zancudos, el ventilador era para que no se me encimaran por las noches, pero no, ahora de paso que sudo más que el trasero de un babuino en el desierto, debo recibir la voluminosa nube de zancudos queriendo cenar mi sangre. Justamente ahorita ando dándole nalgadas al viento para espantarlos de mi. COÑO PANA.

  El destino quiso ligarse al maldito germen de la gripe, fornicaron hasta decir basta y como agradecimiento confabularon en mi contra para que esta miseria de malestar me invadiera y arruinara todo.

  Destino, que te coja un burro con lepra.


  Germen de la gripe o como carajos te llames, éste es mi cuerpo y aquí mando yo, sácate de encima, grandísimo parásito, anda a joder a Nicolás Maduro o si eres chavista pues jode a Capriles, no me interesa, lárgate de mi cuerpo y haz que ande eyaculando perpétuamente otra nariz, grandísima enfermedad pútrida.

 Coman pastillas, antigripales y jarabes, gérmenes coños de su madre, malditos, huele pijas, bastardo hijo de un tranvía lleno de damas de compañía transexuales. Cuando esté estornudando y expulse saliva en mi pañuelo te putearé, te insultaré y me reiré como sales de mi cuerpo, desterrado de por vida tú y tus micro gérmenes que decidieron hacer de Tomorrowland mi cuerpo, los voy a enseñar a respetar tomándome una caja completa de Teragrip.

"aaay zeeck si te quejas.. a mi me da gripe y ando calladito la boca. Meses sin escribir para que vengas a decirnos que tienes gripe si eres pajuo jejejejeje jujuju jajaja"

  Mira, tú, anda al inodoro y baja miles de veces el tanque hasta que tragues la suficiente agua para que te exploten los pulmones y salgan disparados los pedazos por tus ojos, mascabolas.

 Buenas noches a todos.

  Dew.

martes, 1 de abril de 2014

" ¿Se parecen? "


  No lo sé, quizá se trate de la fisonomía común, de las coincidencias físicas que poseemos los seres humanos.

  Tampoco sé, si pudiera ser el destino empleando sus jugadas constantes de azar, apostando sus fichas a jugar las cartas que me hacen temblar, que paralizan y terminan dándole el botín al señor Destino.


  Ojos grandes, los encuentras seguido por las calles, ojos que aportan la máxima expresividad a las miradas, esas miradas que tú y yo sabemos, las miradas que cautivan, que son lo primero que te diriges a ver. 
  
  No debería afectar, a menos que esa persona, la cual solo cada quien sabe de quien se trata, tuviera "ojos grandes".
  
  Si hubiera tenido ojos pequeños, pues que va, gustarían los mismos, ya que no se trata de la cualidad en la huella de la persona, es la huella, siendo tal cual como es, como sea, así sirve, así cuenta, porque así existe... O existió.


  La ves en una película, eran sus ojos, plasmados en una artista, en una famosa mujer, posiblemente adinerada y llena de éxito taquillero. El rostro intacto, perfilado, como si fueran tallados por el mismo escultor. 


"¿Se parecen?" 

  Luego la ves en tus clases, alguien de poco contacto, de contados saludos, poco o nada de trato, sin llevarse bien o mal, simplemente no se llevan, colegas próximos, esa es la única relación más cercana que tendrían. Cada quien tiene su vida.

  Ya no era tanto el rostro, seguían siendo los ojos, ella también tenía "ojos grandes". Nada más sus ojos. No, no está loco, no la ve en todas partes, te aseguro que quien lee esto no, no se le parecería a ella.

  Pero ella y aquella. 

  "¿Se parecen?"


  Retoma el camino a clases, ha llegado la hora de inscribirse, la preparación de un nuevo semestre es importante. 

  Inscribirse, en medio de una marea de gente, jóvenes por los cuatro puntos cardinales de cada ser ahí presente, jóvenes como tú, como yo, como todos. Lo sé, es una extraña, la ves en el campus, después la ves antes de la entrada, para luego volver a verla allí adentro.

  Fila enorme de sillas, abrumadora cantidad, pero bastante organizada, donde avanzarás serpenteando, de derecha a izquierda, de derecha a izquierda, ir y venir de lado a lado para seguir avanzando. Resulta que bueno, eso está hecho de una forma, que sueles quedar frente a varias personas, varias veces.

  Ella estaba unos cuantos números después, los suficientes para estar distante, pero no lejos, se pueden ver.

  Impacto, un parecido más abrumador, pero tanto, que se llega a pensar que puede ser ella en realidad, es increíble. Se parece muchísimo más que la segunda, también es mucho más real y legítima que la primera. Era ella, con detalles diferentes, pero he dicho detalles, era.

  La ve, lo ve, se ve, te ve, ¿qué coño importa cuántas veces pasó? Pasó.

  Preguntas nuevamente, porque no sobra la incógnita. 

  "¿Se parecen?"


  Destino, subconsciente, recuerdos; se les habla, como aquellos locos que establecen conversación con lo inanimado. Con la transparencia que debe corresponder y representar a los principios, hay que ser francos.

  Si, si se parecen. Pero no, no se parecen. Si y no, no y si.

  Lo visual siempre será impresionante. Pero lo mental trae el realismo a nosotros, a la vida.

  En menos de seis meses, ya van tres. Tres personas, tres relatos, tres parecidos. Hay que decir, si quieren más, pues traigan más, traigan diez más, veinte más, cien más, para que podamos preguntarnos constantemente: "¿Se parecen?"

  Fidelidad a la tradición de la verdad, responde, si, se parecen, en lo visual y esto no deja de ser impresionante. Como hay seres humanos que se parecen a otros y que con un parecido, van a otro trasfondo en tu mente.

  Pero lo más importante, es que uno no se parece a lo que le parecimos alguna vez. Que vengan entonces, todas las parecidas y hagan inestable el suelo, causen estragos en los transmisores, en las mentes, en la psicología de cada quien...

  Total, eso no implica que se debe caer. Y en tal caso de caer, siempre hay que levantarse.


Señor Destino,

  En realidad, no se parecen. 

¿Sabe usted por qué? 

  Porque yo no me parezco a lo que parecí una vez, a lo que le parecí una vez.

  No se parecen.

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Dew.