martes, 1 de abril de 2014

" ¿Se parecen? "


  No lo sé, quizá se trate de la fisonomía común, de las coincidencias físicas que poseemos los seres humanos.

  Tampoco sé, si pudiera ser el destino empleando sus jugadas constantes de azar, apostando sus fichas a jugar las cartas que me hacen temblar, que paralizan y terminan dándole el botín al señor Destino.


  Ojos grandes, los encuentras seguido por las calles, ojos que aportan la máxima expresividad a las miradas, esas miradas que tú y yo sabemos, las miradas que cautivan, que son lo primero que te diriges a ver. 
  
  No debería afectar, a menos que esa persona, la cual solo cada quien sabe de quien se trata, tuviera "ojos grandes".
  
  Si hubiera tenido ojos pequeños, pues que va, gustarían los mismos, ya que no se trata de la cualidad en la huella de la persona, es la huella, siendo tal cual como es, como sea, así sirve, así cuenta, porque así existe... O existió.


  La ves en una película, eran sus ojos, plasmados en una artista, en una famosa mujer, posiblemente adinerada y llena de éxito taquillero. El rostro intacto, perfilado, como si fueran tallados por el mismo escultor. 


"¿Se parecen?" 

  Luego la ves en tus clases, alguien de poco contacto, de contados saludos, poco o nada de trato, sin llevarse bien o mal, simplemente no se llevan, colegas próximos, esa es la única relación más cercana que tendrían. Cada quien tiene su vida.

  Ya no era tanto el rostro, seguían siendo los ojos, ella también tenía "ojos grandes". Nada más sus ojos. No, no está loco, no la ve en todas partes, te aseguro que quien lee esto no, no se le parecería a ella.

  Pero ella y aquella. 

  "¿Se parecen?"


  Retoma el camino a clases, ha llegado la hora de inscribirse, la preparación de un nuevo semestre es importante. 

  Inscribirse, en medio de una marea de gente, jóvenes por los cuatro puntos cardinales de cada ser ahí presente, jóvenes como tú, como yo, como todos. Lo sé, es una extraña, la ves en el campus, después la ves antes de la entrada, para luego volver a verla allí adentro.

  Fila enorme de sillas, abrumadora cantidad, pero bastante organizada, donde avanzarás serpenteando, de derecha a izquierda, de derecha a izquierda, ir y venir de lado a lado para seguir avanzando. Resulta que bueno, eso está hecho de una forma, que sueles quedar frente a varias personas, varias veces.

  Ella estaba unos cuantos números después, los suficientes para estar distante, pero no lejos, se pueden ver.

  Impacto, un parecido más abrumador, pero tanto, que se llega a pensar que puede ser ella en realidad, es increíble. Se parece muchísimo más que la segunda, también es mucho más real y legítima que la primera. Era ella, con detalles diferentes, pero he dicho detalles, era.

  La ve, lo ve, se ve, te ve, ¿qué coño importa cuántas veces pasó? Pasó.

  Preguntas nuevamente, porque no sobra la incógnita. 

  "¿Se parecen?"


  Destino, subconsciente, recuerdos; se les habla, como aquellos locos que establecen conversación con lo inanimado. Con la transparencia que debe corresponder y representar a los principios, hay que ser francos.

  Si, si se parecen. Pero no, no se parecen. Si y no, no y si.

  Lo visual siempre será impresionante. Pero lo mental trae el realismo a nosotros, a la vida.

  En menos de seis meses, ya van tres. Tres personas, tres relatos, tres parecidos. Hay que decir, si quieren más, pues traigan más, traigan diez más, veinte más, cien más, para que podamos preguntarnos constantemente: "¿Se parecen?"

  Fidelidad a la tradición de la verdad, responde, si, se parecen, en lo visual y esto no deja de ser impresionante. Como hay seres humanos que se parecen a otros y que con un parecido, van a otro trasfondo en tu mente.

  Pero lo más importante, es que uno no se parece a lo que le parecimos alguna vez. Que vengan entonces, todas las parecidas y hagan inestable el suelo, causen estragos en los transmisores, en las mentes, en la psicología de cada quien...

  Total, eso no implica que se debe caer. Y en tal caso de caer, siempre hay que levantarse.


Señor Destino,

  En realidad, no se parecen. 

¿Sabe usted por qué? 

  Porque yo no me parezco a lo que parecí una vez, a lo que le parecí una vez.

  No se parecen.

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Dew.

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