Antes de empezar, acotaré que este espacio en el Blog de "Anécdotas de Zeck", será quizás frecuente, quizás no tanto, pero en cada entrada del Blog que tenga ese título, hablaré de cosas reales, ciertas, sucesos que me han pasado, ya sea hace semanas, meses o años. Es una buena manera de desahogarme, mientras les cuento que tan bonito o cabrón pueden ser los días de un adolescente. Todo es real, y vivido por mi, gracias.
__________________________________________________
Reproche desconocido.
¿No les ha pasado, el desagradable suceso de que te miran feo por tal cosa de tu físico, y que para colmo te lo reprochen? Y para rematar la cuestión, que esa persona, sea alguien que podrás tratar de vista y de un simple "Buenos días", ¿Pero que a final de cuentas, es una persona ajena a ti?
¿Te sientes identificado? Porque a mi, me pasó.
Empecemos la historia...
Hace ya algún tiempo (bastante tiempo), recuerdo que en esos tiempos, yo estaba en 9no Grado. En ese tiempo yo era quizás más flaco, si, lo era.
La verdad es que no me considero un obeso, solo aquí la gente es idiota, si eres gordo, eres gordo y ya. No es que eres un poco gordo, o medianamente gordo, o gordo de barriga nada más, o solo de rostro gordo, todo puede ser válido... ¡Pero no! eres gordo y punto.
Soy alguien robusto, de contextura muy gruesa y tengo gran estomago, pero a la vez, tengo mis brazos flacos y cortos, mis piernas normales y no tengo la estatura de un Michael Jordan, pero soy un poco alto.
La cuestión llega a que, bueno, en aquellos tiempos de 9no Grado, estaba más flaco que actualmente, menos robusto, o como quieran decirle.
Yo al ir a clases, al terminar la tortuosa preparación al alistarme para ir al retén del aprendizaje, salgo de mi edificio, bajo un par de cuadras y llego a casa de uno de mis amigos, para irme en la comodidad de su carro, hablo de mi amigo Albert.
Nunca llego a su casa con una hora fija, aveces llego temprano, aveces llego tarde cuando casi me dejan, aveces ni llego y me he ido caminando. Pero si, es algo que he hecho todos los días desde 9no, siempre la misma historia, llego a la puerta de su edificio, toco el número 2 que es el de su apartamento, para avisar de mi existencia, y bueno, espero a que me abran (Que aveces se tarda bastante). Pero, más de una vez me he visto en la "suerte" de que alguien más fue a salir y me abrieron y esperé adentro hasta que sale Albert con su hermana y su papá y me voy feliz.
Un día de 9no, empezando más o menos el año, fui normal al edificio, toqué el intercomunicador, y esperé. Al instante veo una sombra que viene dentro del edificio, pero no era Albert, era una señora, un poco mayor, flaca y disminuida, que siempre tiene una mirada como deprimida; Pero resulta ser que me abrió la puerta, amablemente y yo entré, todo normal.
La cuestión se repetía algunas veces, más que todo si yo llegaba temprano, ya que a esa hora la señora salía a comprar el periódico, y púes, soy una persona cortés, siempre la saludaba amablemente y ella le agradaba, también era amable conmigo. Así, pasé todo 9no, algunas mañanas la veía y saludaba, otras no, aveces pasaba semanas sin verla, mientras que otras semanas la veía todos los días.
Todo bonito, ¿verdad?. Púes la cosa se puso incomoda cuando empieza 4to año (Que año de mierda). Esas vacaciones estuve en Valera (Pueblo del que algún día les hablaré) Y allá como no hay nada productivo que hacer, ataca la ansiedad, por lo que aumenté unos cuantos Kilos por allá, pero nada fuera de lo normal...
El pasar de 4to, pasó algo curioso, y es que no vi mucho al principio a la señora, pensé que se habría mudado, o algo así, aunque también puedo creer que era porque yo no llegaba casi nunca temprano como antes, ya que me trasnochaba, me levantaba tarde, bla bla bla...
Así fué pasando todo, hasta que después de un largo tiempo, llegué temprano y ¡oh!, la señora sale y me abre. Recuerdo bien que la saludé como siempre, cortésmente, sin que me molestara su presencia, más bien normal, tenía tiempo sin verla. Pero, el dialogo fué distinto a otras ocasiones:
Yo: Buenos días! :D
Señora: Hola...
Yo: ¿Qué más? ¿Como le va? n__n
Señora: Bien, hay tenía tiempo que no te veía
Yo: Si, es que estaba llegando tarde. n__n'
Señora: Ay, estás diferente, estás gordo.
Yo: Eh... .__.
Señora: ¿Qué te pasó?
Yo: Nada... Estoy igual, yo me siento igual. :S
En ese momento, salió Albert, lo saludé, y aproveché para irme.
Esa conversación me incomodó un poco, no me agrada que alguien que por más días que pueda ver, me diga en tono de reproche o crítica algo así ya que es desconocido, pero nada grave púes, normalmente, las personas NORMALES por un mínimo de respeto no hacen comentarios así muy seguido.
De todas formas, no frecuentaba mucho verla, pasó un tiempo, y la volví a ver. ¿La sorpresa? Si, la simpática señora me salía con el mismo comentario, las mismas dos palabras "Estas gordo", en conjunto a un gesto que era molesto para mi.
Soy de esas personas, que cuando a alguien le pican los testículos/ovarios y quiere "divertirse" bromeando y burlarse de que soy gordo, no le presto la mínima atención, y en cuestión de menos de dos minutos, esa persona se irá a joder a otros para poder calmar su picazón de genitales, ya que conmigo no la pudo calmar.
¿Pero sabes?, es jodido, muy jodido no molestarse con alguien, que no se burla, no bromea contigo, sino que te lo reprocha, te lo repite, quiere que te sientas mal...
Así pasaba, la señora la veía, me lo decía, yo me iba; Era un ciclo, que poco a poco me incomodaba. Pero bueno, terminó 4to año, fantástico, pasaron las vacaciones, yo no engordé, pero tampoco enflaqué, estoy relativamente igual...
Le echaron salsa tabasco a la cuestión, cuando un día, después de toooodas las vacaciones sin verla, nuevamente, la ya no tan simpática señora me saluda fríamente, y exclama, que estoy gordo. Sentí un vapor en mi frente, una sensación tibia que te da cuando sientes impotencia, pero me aguanté como pude, y con un gesto de como que me daba gracia la cosa, seguí mi camino.
Pero, la bomba explota, hace unas dos o tres semanas más o menos, cuando pasa lo siguiente. Recordando tal cual el dialogo.
Entro al edificio, me abrió la conserje (Gran mujer, amable y no se mete en lo que no le importa), y esperé en el pasillo a que saliera Albert, quiero acotar que ese día, llegué bastante temprano. Estoy revisando mi teléfono, y se abre la puerta del ascensor, era la señora...
Yo: Buenas. :)
Señora: Bueeeenas, ¿qué tal?
Yo: Todo bien, ¿y usted?
Señora: Bien... Mira, ¡te estás poniendo muy gordo!
Me arreché, y volteo la mirada.
Yo: Ah... -_-
Señora: Es que estas muy gordo.
Yo: Bueno, si usted lo dice...
Señora: Hay, pero, ¿Estas molesto?
Que patada en los genitales, el preguntarme si estoy molesto, cuando exclama más el "Estas gordo" que el buenos días, vieja ridícula.
Yo: Señora, no me gusta que me digan eso. (Lo digo en tono serio, sin subir la voz).
Señora: Pero... No lo digo por mal (La señora pone una cara de perro regañado).
Yo: Es que me molesto, yo le digo buenos días, y usted me sale con el "¡Estas gordo!" Y de verdad, no me agrada. Mis amigos y mi familia no se meten con el hecho de que si estoy o no estoy gordo, porque saben que NO ME GUSTA.
Señora: Hay pero no lo decía por mal, ni por burlarme, no sabía que te molestaba. (La señora puso cara de tristeza, a modo que de verdad, me dió cosa hablarle con molestia)
Yo: Bueno, disculpeme a mi, pero de verdad es que no me gusta (Dije sintiéndome culpable, no se porque carajo)
Señora: Bueno, no te lo diré más, perdón.
Yo: Tranquila, no pasa nada. (Sentía más culpa)
Señora: Bueno, chao...
Despidiendose, se alejó, como si la hubieran regañado cruelmente, como si yo fuera uno de esos hijos adolescentes, que se comen viva a la madre mediante regaños, exclamaciones alteradas y vergas de esas o lo más estúpido, como si YO hubiera sido el que falló.
Lo increíble, es que me sentí mal, me sentí mal porque por más que sea, es una señora mayor, estoy enterado que es una mujer que vive sola, y ustedes deberían verla, es una señora notablemente mayor.
Luego se fué ese sentimiento tonto mio, cuando la veo un par de días después, y me saludó, pero me saludó sin mirarme, con tono frio, como si yo la hubiera ofendido.
Ahí pensé... ¿Sabes qué vieja ridícula? Vete a la mierda.
¿Grosero? Me sabe a culo. Lo que hizo esa señora, muchos se lo pueden pasar por los huevos, pero otros, les molestaría, como es mi caso. Osea, coño, no es un carajo mio, si, la veía varias veces seguidas, la saludaba... Pero, ¿Qué chingados eres de mi? ¿Mi mamá, mi abuela, mi tia? Nisiquiera es una vecina de MI edificio (Que tampoco tendría porque decir un pepino). Una desconocida, de la cual ni sé el nombre, y apuesto que ella no sabe el mio.
Una experiencia incomoda, pero siempre, siempre después de estos sucesos, queda algo.
Y yo cumplo con decirles, mis queridos lectores, esto que pasó, no debe nadie permitirlo.
Seas gordo, flaco, negro, blanco... Lo que sea, nadie debe reprocharte lo que seas. La gente está MUY JODIDAMENTE MAL ACOSTUMBRADA a criticarte como si tuvieran alguna autoridad para reprochar y exijir cambiar tu forma de vestir, de verte o hasta peor, tu forma de ser.
Nunca nunca lo permitan, si lo permites, eres un bobo, eres un ser sin el mínimo de respeto hacia ti, y el permitirlo, te convierte en un gusano, un gusano inválido, un gusano con retraso.
Quiérete, demuéstrale a todos que eres feliz como seas, y que vales mucho. Y siempre siempre, demuestra que tu si eres respetuoso. Ahí lo ven, aunque me parecía que esa señora es una descarada, le decía los buenos días, aunque para mi no fuera bueno el verla, pero así pasa, el ser cortés te da fuerza, poder y la razón de las cosas en muchos puntos al momento indicado.
Así que ya sabes, no seas un gusano inválido, pero recuerda, tampoco seas un mariposón egocéntrico, que este último puede ser igual o peor que el primero, ya que el gusano, por lo menos tiene humildad.
"Simón, pero de verdad, ¡estas gordo!"
Andate a la mierda, vete a producirte bulimia con un pepino, idiota traga machete.
Bendiciones.
Er'Zeck
No hay comentarios:
Publicar un comentario